JOSÉ BETHENCOURT PADILLA
Aunque José tuvo una intensa labor literaria y poética, que compaginó con la periodística, es la figura de su hermano Pedro Bethencourt Padilla la que se ha reconocido más por parte de la historiografía. José Bethencourt, sin embargo, desde un primer momento tuvo una dilatada carrera en La Voz de Junoia, de la que fue uno de sus impulsores. Entre noviembre de 1921 y mayo de 1924, fueron publicados 195 números. Posteriormente, fue el director de Ideal Gomero, en La Laguna.
Hay que señalar que la prensa canaria en esta época suponía un a ventana abierta al debate de ideas, artísticas, literarias y culturales, que marcaban la modernidad y la vanguardia como La Rosa de los Vientos. José Bethencourt estuvo en contacto con esta revista y que supuso sin lugar a dudas un revulsivo sincronizador del reloj estético de Canarias con y hacia Europa. Su poesía, aunque no brotaba de la vanguardia sí participa de esta revista tamizándose en ocasiones de una posición intimista y, aunque esa no es rupturista en el sentido vanguardista, se volvió sobre sí misma, participando de las constantes estéticas de lo que se ha llamado la Escuela Regionalista de La Laguna.
Existe en su obra cierta dicotomía entre vanguardia y tradición. La poesía de José Bethencourt se caracteriza por una honda religiosidad, con aspectos filosóficos que entroncan su obra con aptitudes panteístas de San Francisco de Asís y otros pensadores cristianos del Renacimiento, pero al mismo tiempo; su sobriedad retórica, apreciable en muchas obras, como De tu voz un eco, es otra de las características de su poesía . Una rotunda austeridad, propia del ascetismo monacal, que por otro lado, no lleva implícito un desencanto intimista con el entorno que, en realidad, sí tiene en cualquiera de sus producciones.