JOSÉ AGUIAR GARCÍA
Aunque nacido en Cuba en 1895 puede considerarse un pintor gomero y, sobre todo de Agulo, lugar de origen de su familia y donde residió durante su infancia, pues fue incluso bautizado en la parroquia de San Marcos en 1897.
José Aguiar es uno de los personajes más importantes de la pintura canaria y uno de los máximos representantes del muralismo español de los años 50 y 60 del siglo XX.
En 1897 sus padres deciden regresar de Cuba y asentarse en Agulo, donde Aguiar va al colegio hasta que en 1906 se traslada a La laguna para cursar estudios de Bachillerato en su Instituto. En este momento, el joven entra en contacto con otros estudiantes gomeros y miembros de la posterior cultura canaria de los años 30 del siglo XX. Uno de estos estudiantes es el escritor Agulense Pedro Bethencourt Padilla, para quien realizará los diseños de su poemario Salterio publicado en Madrid en 1920.
En 1914 Aguiar viaja a Madrid para cursar estudios de Derecho, idea que abandona rápidamente para, en 1916, cursar estudios en la Escuela de Bellas Artes de manera informal y no reglada, con el Maestro José Pinazo, afamado pintor ganador de la medalla de oro en la Exposición Nacional de 1915.
Aguiar se asienta en Madrid donde contrae matrimonio, del cual tendrá 2 hijos; un niño y una niña.
Inmerso en la producción artística participa en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes; siendo la Tercera Medalla en Madrid en 1926 y Medalla de Oro en Barcelona en 1929, presentando normalmente obras de gran formato y de cierto contenido regionalista insular.
En 1930, tras lograr su Medalla de Oro, viaja a Italia mediante una beca de estudios concedida por el Cabildo de La Gomera para mejorar su formación y en 1934 profundizar en el estudio de la pintura mural del Renacimiento.
Fue en estas fecha cuando recibe uno de los primeros encargos importantes en Tenerife, que le lleva a la realización de El Friso Isleño para el Hall del nuevo Casino de Santa Cruz de Tenerife, consistente en una gran pintura mural con las técnicas de la encáustica. Recibiendo posteriormente numerosos encargos del Gobierno para instituciones en Madrid y Canarias, entre ellos uno de los primeros retratos de Francisco Franco. Sin embargo, también sufrió algunos reveses por su pertenencia a la masonería entre los años 1930 a 1932, siendo interrogado en 1943.
En la actualidad, nuevas perspectivas sobre su obra han podido corregir su figura, estilo, estética e intención plástica, muchas veces denostadas por la historiografía del arte canario. Gracias a la documentación conservada en el Archivo Nacional de la Guerra Civil de Salamanca, se puede releer de manera diferente su producción del artista. José Aguiar sufrió también las consecuencias del Régimen, y aunque trabajara para la Autarquía desde dentro de la misma, reproduce por ello la angustia del Ser Humano de Posguerra y se vuelve así subversivamente encriptador. El pintor Agulense critica, desde la práctica oficial de su ejercicio, y con cierto hermetismo, la inviabilidad de una vida con la ausencia de Democracia y Libertad en España desde 1936.